miércoles, 15 de octubre de 2008

Hello Lenin




La inevitabilidad de la debacle financiera asusta e intriga, mezcla de llanto con mueca de satisfacción. Pareciera ser que la única manera de introducir valores de equidad y solidaridad a un sistema rapaz es chocarse contra la pared. Pero esta crisis por la que desemboca uno de los atractivos del neoliberalismo como lo es la especulación financiera (y aquí el dinero vomitando hipotecas baratas) no va a producir la caída del capitalismo ni mucho menos. Ya lo dijo CFK, no va a dejar de existir el capitalismo, va a venir otro.
Y a pesar de los palitos mediáticos que le arrojaron a la presidenta por ir a EEUU y criticar su fundamentalismo de mercado (que es más discursivo que real), lo cierto es que produce algo de regocijo las medidas del salvataje financiero adoptadas por el parlamento yanqui. Ni que hablar de la estatitazación de los bancos. Es el símbolo más que nada. No significa la sovietización del imperio ni la caída del american way of life, pero es todo un símbolo.
Y sobre símbolos que marquen un cambio de régimen viene a mi mente aquella película alemana "Good Bye Lenin", donde una señora grande se despierta de un coma que la tuvo confinada mientras caía el muro de Berlín, y donde el hijo hace malabares para que ella siga creyendo que aún vive y está más fuerte que nunca el régimen comunista. Y lo más atractivo de la historia es cómo se filtran inevitablemente en sus vidas indicios de que los norteamericanos ganaron la puja de la guerra fría, con imágenes que el joven debe enmascarar.

Lo jugoso es, entonces, la batalla de los símbolos. La dominación conseguida por la inserción de elementos culturales ajenos al sistema sociopolítico. Pero nuevamente, la significación que se le da a estas "novedades" es mucho más fuerte que lo que realmente implican. Porque el problema de los países soviéticos no era necesariamente que no tuvieran McDonals o Coca. Pero para construir una historia es útil jugar con eso.
Armemos una entonces. Una donde la crisis financiera no pudo superarse y termino implosionando todo el sistema financiero. Agentes de bolsa excomulgados de su propia religión. Millones de estadounidenses cruzando ilegalmente la frontera con México buscando mejorar su calidad de vida (la delicia que nos ofrece Roland Emmerich en "El día despues de mañana"). La falsedad y agotamiento del sistema bipartidista y la asunción de un nuevo líder (aunque le tengo poca fe al PC norteamericano post McCarthy). El dólar devaluado con respecto a todas las otras monedas del mundo. Gusanos apretando la reversa a fondo en sus balsas desde Miami. Son cubano al palo en todos los vecindarios de casitas con jardín.
Sólo símbolos. Unos pocos. Agoreros. Esucho ofertas.