La televisión pública (número alto, pero alto de NK) emitió anteayer el documental "Bolivia Para Todos", que analiza la exclusión, esclavitud y dominación que durante años padeció la población índigena boliviana, y la negación de un cambio de época, a través de embates antidemocráticos y violentos, del departamento de Santa Cruz de la Sierra, para con el gobierno de Evo.
Tres disparadores:
1. El 10% de la población boliviana (la parte blanquita, digamos) entiende que ha sido desprovista de la herramienta que durante años utilizó para incrementar sus riquezas y explotar al resto: el Estado. El "indio", el "narcocriminal" Evo es un Usurpador del Estado. No merece estar ahí, no tiene estudios, es un negro. Y al grito de fuera collas, sí a la autonomía, disfrazan su golpismo con ropajes supuestamente democráticos como los referendos por la autonomía. En entrevistas transcurren durante la película, tanto Verbitsky como Perez Esquivel coinciden en que es parte de la estrategia para arribar a la cesesión. Porque claro, la Constitución Boliviana no lo permite, con lo que no hay nada democrático en aquellos actos, se vota en un marco de ilegalidad. La riqueza concentrada, todita, para ellos. Para los collas, nada.
2. Y el concepto de autonomía porque el que lucharon a lo largo de la historia, pueblos realmente oprimidos en busca de su libertad, es profundamente bastardeado por estos sectores de la reacción. Aquí es realmente importante la asociación entre los sectores que concentran la riqueza y el territorio en que habitan. Aquel pensamiento de "yo produci estos bienes, este dinero y no encuentro razón para que alguien me lo quite para distribuir" encuentra un peligroso refugio en los límites políticos de la región: los departamentos.
Si en Argentina los productores del campo compartieran una franja con más solución de continuidad provincial, por ahí la historia sería otra. Quizás el conflicto campestre, no nos hubiera dejado solamente una pérdida en la batalla cultural, o comunicacional. Quizás hubieran ido más allá, "listo, cerremos las fronteras, que el capital siga concentrado acá, y minga de redistribuir".
Pum, pam, cesesión ahora! Por un estado de Firmat libre! Por un Entre Ríos de los Chacareros! Y también porque no, por un San Isidro o un recoleta libre de negros. Todos nos podemos encerrar, y así, el traspaso de riqueza es un poquitín más facil, algo menos conflictivo.
3. Pero las particularidades de un territorio determinado y la distribución (no redistribución) de la riqueza en esos puntos geopolíticos dejan otra serie de interrogantes sobre las posibilidades que pudo haber tenido nuestra guerra gaucha.
En primer lugar, el descarte (por intención u omisión) de los procesos de traspaso de la renta nacional, que versen sobre actividades no necesariamente identificables con espacios territoriales. Como la postergada gravación de la renta financiera, que pierde cada vez más fuerza frente a las dudas que genera la crisis financiera internacional, y a contramano del reciente "rescate" (nunca repatriación) de capitales seducidos para volver al país. O el andamiaje legal nunca reformulado por el que los pools se mueven, en el marco de fideicomisos.
En segundo lugar, aquellas actividades que generan ganancias increíbles, también identificables territorialmente, pero ausentes de los debates o las decisiones de trasladar riqueza hacía los sectores más postergados. Por ejemplo la actividad minera, o la petrolera.
Y aquí es donde no puedo dejar de pensar en la influencia de estos sectores, durante los años de convivencia provincial o regional con el ex mandatario presidencial y nuestra actual presidenta. Y es que me pregunto que hubiera sucedido si NK o CFK hubieran saltado de la gobernación de una provincia pampeaña o del litoral a la gobernación nacional. Si algo hubiera cambiado. Quizás no, no lo se.
Y sí, la reacción secesionista creo que tiene varios puntos en común entre Argentina y Bolivia, sobre todo en ese sentimiento de muchos agroproductores de "esto es mío, y no se toca", pero Evo, en el gobierno, relanza su alianza indígena obrera y popular, construida durante años, con medidas concretas. Mientras que NK y CFK, desprovistos de una construcción histórica para llegar al poder como el MAS tocan, es cierto, algunos de los intereses económicos concentrados, pero focalizan la re-distribución (o cierta intención de), en actividades de regiones alejadas de su construcción política-territorial de origen, olvidando por completo que existen intereses en otras provincias, también duros de roer, sectores de la economía nacional que no invierten o casi ni gastan, pero la juntan en pala. Más. Tienen fábricas de palas para juntarla en palas.
Tres disparadores:
1. El 10% de la población boliviana (la parte blanquita, digamos) entiende que ha sido desprovista de la herramienta que durante años utilizó para incrementar sus riquezas y explotar al resto: el Estado. El "indio", el "narcocriminal" Evo es un Usurpador del Estado. No merece estar ahí, no tiene estudios, es un negro. Y al grito de fuera collas, sí a la autonomía, disfrazan su golpismo con ropajes supuestamente democráticos como los referendos por la autonomía. En entrevistas transcurren durante la película, tanto Verbitsky como Perez Esquivel coinciden en que es parte de la estrategia para arribar a la cesesión. Porque claro, la Constitución Boliviana no lo permite, con lo que no hay nada democrático en aquellos actos, se vota en un marco de ilegalidad. La riqueza concentrada, todita, para ellos. Para los collas, nada.
2. Y el concepto de autonomía porque el que lucharon a lo largo de la historia, pueblos realmente oprimidos en busca de su libertad, es profundamente bastardeado por estos sectores de la reacción. Aquí es realmente importante la asociación entre los sectores que concentran la riqueza y el territorio en que habitan. Aquel pensamiento de "yo produci estos bienes, este dinero y no encuentro razón para que alguien me lo quite para distribuir" encuentra un peligroso refugio en los límites políticos de la región: los departamentos.
Si en Argentina los productores del campo compartieran una franja con más solución de continuidad provincial, por ahí la historia sería otra. Quizás el conflicto campestre, no nos hubiera dejado solamente una pérdida en la batalla cultural, o comunicacional. Quizás hubieran ido más allá, "listo, cerremos las fronteras, que el capital siga concentrado acá, y minga de redistribuir".
Pum, pam, cesesión ahora! Por un estado de Firmat libre! Por un Entre Ríos de los Chacareros! Y también porque no, por un San Isidro o un recoleta libre de negros. Todos nos podemos encerrar, y así, el traspaso de riqueza es un poquitín más facil, algo menos conflictivo.
3. Pero las particularidades de un territorio determinado y la distribución (no redistribución) de la riqueza en esos puntos geopolíticos dejan otra serie de interrogantes sobre las posibilidades que pudo haber tenido nuestra guerra gaucha.
En primer lugar, el descarte (por intención u omisión) de los procesos de traspaso de la renta nacional, que versen sobre actividades no necesariamente identificables con espacios territoriales. Como la postergada gravación de la renta financiera, que pierde cada vez más fuerza frente a las dudas que genera la crisis financiera internacional, y a contramano del reciente "rescate" (nunca repatriación) de capitales seducidos para volver al país. O el andamiaje legal nunca reformulado por el que los pools se mueven, en el marco de fideicomisos.
En segundo lugar, aquellas actividades que generan ganancias increíbles, también identificables territorialmente, pero ausentes de los debates o las decisiones de trasladar riqueza hacía los sectores más postergados. Por ejemplo la actividad minera, o la petrolera.
Y aquí es donde no puedo dejar de pensar en la influencia de estos sectores, durante los años de convivencia provincial o regional con el ex mandatario presidencial y nuestra actual presidenta. Y es que me pregunto que hubiera sucedido si NK o CFK hubieran saltado de la gobernación de una provincia pampeaña o del litoral a la gobernación nacional. Si algo hubiera cambiado. Quizás no, no lo se.
Y sí, la reacción secesionista creo que tiene varios puntos en común entre Argentina y Bolivia, sobre todo en ese sentimiento de muchos agroproductores de "esto es mío, y no se toca", pero Evo, en el gobierno, relanza su alianza indígena obrera y popular, construida durante años, con medidas concretas. Mientras que NK y CFK, desprovistos de una construcción histórica para llegar al poder como el MAS tocan, es cierto, algunos de los intereses económicos concentrados, pero focalizan la re-distribución (o cierta intención de), en actividades de regiones alejadas de su construcción política-territorial de origen, olvidando por completo que existen intereses en otras provincias, también duros de roer, sectores de la economía nacional que no invierten o casi ni gastan, pero la juntan en pala. Más. Tienen fábricas de palas para juntarla en palas.
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