martes, 20 de enero de 2009

Las Palabras, el Cura y el Grupo




Hay nieve pero en castellano, si se me permite el término. Si, lo sé, los elementos no hablan ningún idioma, habitan sin nacionalidades conocidas. Pero es que ver nieve en una película, y desasociarla de yanquis navidades es algo maravilloso. Esto no me despierta un fervor nacionalista ni mucho menos, pero La Antena es una de las mejores historias que vi en los últimos tiempos. Demuestra mucho estudio, dedicación y huevos.
Huevos. Sacar una película argentina muda en estos tiempos, y lograr un buen resultado, una fábula que se escapa del típico cine de autor argentino, una narración que entretiene, es una genialidad de Esteban Sapir, el director. El film en sí y fabricar una fábula popular con estilo propio merecen un post aparte.

Pero decíamos nieve y fábula. Hay gente buena y gente mala. El villano es Sr. TV, un magnate que controla los medios de comunicación y, por lo tanto, la gente. La historia transcurre en La Ciudad sin Voz, y mucho tendrá que ver con la resolución del conflicto. Pero los planes… ay los planes del Sr. TV son realmente malvados, perversos. Porque pese a no haber voces, hay palabras, inteligentemente sobreimpresas en las imágenes, pero puede que ni eso quede en esta triste ciudad. Aunque, como es una fábula clásica con final feliz, los planes del Sr. TV van a jugarle en su contra. Sí, a veces los planes, a la gente mala, le juegan en contra.


Y hablando de las palabras, los mensajes, las voces y los medios, me acordé de un lobby del Grupo que quizá ha pasado desarpecibido para la mayoría. Canal 13 y TN se cargaron al hombro la acusación del cura Grassi, no ex cura, sino cura a secas. Producto de la cámara oculta de Telenoche Investiga, se cargaron al cura.
Puterío mediático mediante (recordemos lo gracioso que fue cuando la policía iba a buscar al prófugo padre a los estudios del por entonces Canal 9 de Hadad, y Feimann el malo diciendo: bueno nos informan que te está viniendo a buscar la policía, te diría que te vayas), se llegó a la instancia de enjuiciamiento y, como no podía ser de otra forma, la posición del Grupo fue la de atacar también ahí.

Cuál fue la estrategia del Grupo durante esta instancia? Atacar la decisión del Tribunal Oral de prohibir la transmisión del juicio. Vaya ataque. Que toma de posición.
Y me resulta dificil de digerir aquella visión de las Corporaciones como entes abstractos tomando decisiones, operando, comprando voluntades, armando a piaccere. NO. Los rumbos elegidos por cualquier grupo empresarial, implican necesariamente la decisión de las personas que tienen peso. Sino caemos en una especie de Matrix absoluta, corporativa, donde las decisiones no se corresponden con las personas. Nuestro Sr. TV, existe, es real y palpable.


Por eso me hizo ruido la opereta contra la prohibición de no televisar el Juicio al cura. Los juicios deben ser orales y públicos. Más de la mitad de la biblioteca cree que la publicidad hoy en día implica medios de comunicación, la mayoría opina que sí. Hay muy buenas razones para que así sea. Sin embargo, el Tribunal Oral N° 5 no permite la transmisión de los juicios contra los genocidas.


Y el Sr. TV existe. Las palabras y los mensajes también. La ciudad tiene voz. La nieve continúa pero la ciudad tiene voz. ¿Se habrán enterado el compañero Magnetto y la compañera Ernestina que existe este grupo, que lucha por la televisación de los juicios contra los genocidas.? No ex genocidas, genocidas a secas.


No creo que personas taaaan importantes, con tanto peso en la opinión pública sean incoherentes en sus discursos. ¿Sabrán los amigos del Grupo que existió esta movida? Habría que avisarles, no? Si tanto bregan por la transmisión de los juicios, y, en cada nota sobre el cura resaltan que se trata de un juicio oral, No Publico, infiero por simple deducción, que las personas detrás del Grupo están a favor de la transmisión de los juicios por crímenes de lesa humanidad. Quizá son tímidos. Habría que avisarles. Seguro se prenden che.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente actuación de Claudio Quinteros